Blue Jasmine (Blue Jasmine)
Dirección: Woody Allen. Guión: Woody Allen. Intérpretes: Cate Blanchett, Sally Hawkins, Alec Baldwin, Bobby Cannavale, Andrew Dice Clay, Peter Sarsgaard, Louis C.K., Michael Stuhlbarg. Duración: 98 m. Año: 2013. Producción: EE.UU.


De vuelta a los Estados Unidos, tras un periplo europeo que en principio considera cerrado, Woody Allen parece inspirarse en los sonados casos de corruptos millonarios y estafadores de altos vuelos que ha destapado la actual crisis para adentrarse en una de sus especialidades, el drama femenino. Y es que el personaje protagonista, esa esposa que miraba para otro lado mientras se beneficiaba de los negocios ilegales de su marido para vivir por todo lo alto, es lo mejor de la cinta. La disección personal de su deriva emocional se encuentra probablemente entre lo mejor que el director neoyorkino ha escrito y dirigido, apuntalado, eso sí, por la soberbia actuación de una Cate Blanchett que se merece todos los premios del mundo, capaz en una sola escena (la que comparte con los niños) de ofrecer registros tan distintos como la felicidad y la desesperación sólo con matices de su rostro. "Blue Jasmine" es, efectivamente, un drama, pero está acompañado constantemente por un tono de comedia que amplía el nivel de interpretación del argumento y permite reflexiones aún más profundas de múltiples cuestiones: las diferencias sociales de las hermanas, el sentido de la felicidad y su relación con la riqueza material, la incapacidad de reconocer la realidad para poder cambiar... Una película, en fin, de gran talla, digna de lo mejor de Allen, totalmente personal y, al mismo tiempo, con una protagonista enraizada en la Blanche DuBois de "Un tranvía llamado deseo" (Elia Kazan, 1951).
Cinelandia.
Admito sin discusión que Woody Allen ha creado un subgénero o universo propio donde normalmente caben el drama, la comedia y sus obsesiones más frecuentes y personales. Pero esto no quiere decir que siempre le salga bien, de hecho suele incurrir en la misma situación: cuando la comedia no es tal y la gracia no aparece el filme se suele convertir en parloteo verborreico sin sentido, a pesar de los ímprobos esfuerzos, en este caso, de Cate Blanchett por que empaticemos con el drama de la mujer abandonada (en todos los sentidos) que no sabe reinventarse. Y la galería de personajes secundarios tampoco es que esté muy lograda; pensaba que la vuelta a Estados Unidos iba a resultar más fructífera para el director neoyorquino, toca esperar a la siguiente...

Álex.
Woody Allen ha vuelto para no dejar indiferente a nadie. Odios y amores casi a partes iguales. Lo cierto es que la película no es mala en absoluto y tiene en Cate Blanchett un pilar en el que se sustenta todo el desarrollo de la trama. Tiene un personaje muy potente y, tanto en su faceta de mujer-pija-megafashion-rubia-tonta como en la de piltrafa humana abandonada-enloquecida-desorientada, está de Oscar. También su contrapunto (su hermana) Sally Hawkins está a la altura, sobre todo en una escena de conversación telefónica... (y hasta aquí puedo leer). Pero nada más. La balanza la desequilibra el resto de personajes, muchos diálogos demasiado... chonis, y un planteamiento de la situación demasiado precipitado y aturullado. En definitiva, uno sale del cine con la sensación de que esta vez no ha encontrado al Allen que uno esperaba. Y es que de los genios siempre se esperan genialidades.

J.J.