Café Society (Café Society)
Dirección: Woody Allen. Guión: Woody Allen. Intérpretes: Jesse Eisenberg, Kristen Stewart, Steve Carell, Blake Lively, Parker Posey, Corey Stoll, Jeannie Berlin, Ken Stott, Anna Camp, Gregg Binkley, Paul Schneider, Sari Lennick, Stephen Kunken. Duración: 96 m. Año: 2016. Producción: EE.UU.


"Café Society" es una bella historia de desamor que transcurre en el Hollywood de los años 30, una época dorada retratada precisamente con una acertada luz crepuscular gracias al gran trabajo de fotografía de Vittorio Storaro. La película transcurre a modo de cuento (narrado por el propio Woody Allen) y prescinde en su mayor parte del habitual nervio cómico en los diálogos del genio neoyorkino para, en cambio, construir unos personajes que hablan con el corazón y tratan de poner en orden sus sentimientos dentro de la locura mitómana promovida por los grandes estudios de cine. El director apuesta por un formato fílmico clásico que persigue constantemente la belleza en los encuadres y escenas, y en el que demuestra su cariño por unos protagonistas que deambulan emocionalmente desorientados por la implacable Meca del Cine. Destaca, sobre todo, la enorme actuación de Kristen Stewart, aunque casi todo el reparto da vida a sus personajes con mucha alma. En cambio, sí es cierto que se echa en falta más chispa en las conversaciones sobre el Hollywood clásico, cuyos principales artistas aparecen mencionados en la trama sólo muy de pasada.
Cinelandia.
Resulta fascinante que un cineasta pueda un año sí y otro también tratar los mismos temas de siempre y unas veces te harte y otras te emocione. Mi teoría actual es que Woody Allen ha perdido fuelle en el terreno cómico o ligero y se mantiene en plena forma cuando aborda el drama y el sentimiento de culpa e intacta su capacidad de agradar cuando de homenajear al propio cine, a sus gustos musicales y a su Nueva York natal se trata. Es aquí cuando sus diálogos se vuelven más sinceros y lúcidos y le convierten en el mayor de los románticos y el único capaz de alumbrar una película tan bella, con unos personajes perfectamente perfilados, una fotografía preciosa y un diseño artístico impecable. Una historia de amor con todas las de la ley que, por ponerle alguna pega, quizá peque de excesiva sencillez (no hay subtramas que distraigan la atención sobre ella) y todo un reconocimiento al Hollywood clásico. Qué más se puede pedir a un octogenario...

Álex.