La clase (Entre Les Murs)
Director: Laurent Cantet. Guión: Laurent Cantet, François Bégaudeau y Robin Campillo.  Intérpretes: François Bégaudeau, Vincent Caire, Olivier Dupeyron, Patrick Dureuil, Frédéric Faujas, Laura Baquela, Juliette Demaille, Dalla Doucoure, Esméralda Ouertani. Duración: 128 m. Año: 2008. Nacionalidad: Francia.


Vale, una cosa es tratar de abordar sin dogmatismos un tema y otro muy distinto despojar a tu película de una trama interesante. Sin llegar a caer en ninguno de los extremos, queda claro que Cantet, al meter la cámara en este aula de adolescentes con clara mezcla racial y cultural, pretende dejar fluir la historia como si de la misma realidad se tratara. Pero bien sabe que no es así, que salvo el documental -y aun así tampoco- todo está tratado, tamizado, orientado para un fin concreto. Por tanto, no hay "objetividad" en la visión del director, sino una visión determinada: la de tratar de conferir de aspecto "normal" a sus protagonistas, sin caer en personajes acartonados o tópicos. Por ese lado, lo aceptamos. Pero, por otro, "La clase" no consigue engarzar una historia o conjunto de historias que me haya acabado de interesar, atraer o de la que saque alguna conclusión concreta. De acuerdo, ya sé que hay un problema importante en la educación, que los profesores lo pasan mal, que los alumnos no acaban de obtener los conocimientos precisos... ¿Y qué mas?
Cinelandia.
Como ya ocurriera con la reciente "Gomorra" (2008), con la que comparte el mismo entusiasmo mostrado por la crítica especializada, esta cinta francesa tiene más valor didáctico que cinematográfico. De forma hiperrealista muestra la situación actual de la educación del país vecino (extrapolable a cualquier nación europea de su entorno), a través de las experiencias de un tutor que imparte Lengua en un instituto parisino a un alumnado adolescente, multirracial, insolente e irrespetuoso (¡ojo, que los chavales hacen de sí mismos con sus nombres verdaderos por lo que no hay trampa ni cartón!). Sin aportar soluciones ni pretenderlo, bordea sin profundizar en ningún momento sobre situaciones que el profesorado debe ir capeando con paciencia y 

mano izquierda, al tiempo que se supone tiene que educar a los "angelitos", y todo ello con diálogos tan extensos como aburridos en la mayoría de los casos. Lo dicho, no le resto valor social e interés educativo al propósito del filme, pero resulta plomizo en exceso y te hace recordar que el cine también es evasión y ficción y que la realidad ya la tenemos que soportar todos los días...
Álex.