De óxido y hueso (De rouille et d'os)
Director: Jacques Audiard. Guión: Jacques Audiard y Thomas Bidegain, sobre un argumento de Craig Davidson.  Intérpretes: Marion Cotillard, Matthias Schoenaerts, Armand Verdure, Céline Sallette, Corinne Masiero, Bouli Lanners, Jean-Michel Correia, Mourad Frarema. Duración: 120 m. Año: 2012. Producción: Francia y Bélgica.


Estupenda esta historia de amores difíciles, de gente que, por diferentes circunstancias, no está preparada para mostrar sus sentimientos sino para avanzar a trompicones por la vida. Es el caso del protagonista, cuya afición por el boxeo desvela su visión de una realidad a base de golpes y que desconoce lo que es el mínimo tacto emocional tanto con su hijo como con su hermana o su nueva pareja. Y ésta, a su vez, una mujer altiva, más preocupada por embaucar a los hombres que por querer o dejarse querer y que recibe su propio golpe con un accidente fatal, espantoso. Y estos dos personajes al límite son tratados con respeto y humanidad por Jacques Audiard, el director que ya había dado un cierto salto de notoriedad con "Un profeta"  (2009) y que ahora consolida y mejora su filmografía con una película impactante, emocionante, dura, tierna, dramática y, en algún momento, hasta cómica. Y si a todo ello se suman las enormes interpretaciones de Matthias Schoenaerts y, sobre todo, de Marion Cotillard, ya tenemos los ingredientes para un filme sobresaliente.
Cinelandia.
Reconozco que siento debilidad por las historias de perdedores, esos personajes perseguidos por la desgracia y la tragedia que parecen no tener derecho a sentirse felices, o no al menos de manera continuada. Y sobre esto centra su mirada Jacques Audiard después de la brillante "Un profeta" (2009), de forma igualmente notable, aunque en su conjunto resulte un poco por debajo de aquella debido a los esfuerzos que como espectador tienes que hacer para que la historia de amor entre los protagonistas (excelentes Marion Cotillard y Matthias Schoenaerts) te resulte verosímil del todo, dado lo poco en común que tienen sus personajes. Pero, como ya sabemos por este tipo de historias, el dolor es una fuerza motora muy importante y obliga a buscar el amor que lo mitigue, aun cuando los hechos y las actuaciones de los demás a veces provoquen todavía más dolor que consuelo; y todo esto y algo más, de forma tan humana como realista, tan dura como tierna, tan áspera como amable, tan desesperada como ilusionante, nos proporciona este filme, sin duda uno de los mejores de un 2012 que agoniza y que en términos cinematográficos ha resultado bastante pobre...

Álex.