Django desencadenado (Django Unchained)
Director: Quentin Tarantino. Guión: Quentin Tarantino.  Intérpretes: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, Walton Goggins, Dennis Christopher, James Remar, Don Johnson, Franco Nero, Jonah Hill, Quentin Tarantino. Duración: 165 m. Año: 2012. Producción: EE.UU.


Con un sentido del humor a veces rayando la genialidad (véase la escena del Ku Klux Klan), brillantes diálogos y un desparpajo generalizado salpicado (nunca mejor dicho) de violencia de espectáculo, Quentin Tarantino vuelve con sus señas de identidad más notorias en esta historia estilo spaghetti western del improbable cazarrecompensas alemán (espectacular Christoph Waltz) que, en pleno sur estadounidense previo a la Guerra Civil, solicita la ayuda de un negro (sobrio Jamie Foxx) al que libera para cumplir uno de sus trabajos, si bien a cambio se embarcan juntos en el rescate de la mujer del antiguo esclavo, en una plantación dominada por un terrateniente racista que interpreta con gran sutileza Leonardo DiCaprio. Tarantino vuelve a desvelarse como el gran contador de historias (cuanto más extravagantes, mejor) que es y que permite ofrecer un entretenimiento de calidad durante casi todo el largo metraje, sin que chirríe especialmente su duración, quizá salvo el tramo final, donde parece sustituir el tono gracioso e irónico por el mero pim-pam-pum para resolver la película. Como es norma en el director, la música elegida para la banda sonora es excelente y subraya muy bien sus correspondientes escenas. Y un juego entretenido es descubrir los numerosos cameos de conocidos actores que interpretan papeles secundarios, incluido el propio Tarantino.
Cinelandia.
Es curioso cómo compartiendo estructura, formas de resolución y, cómo no, excesos con "Malditos bastardos" (2009), esta película me ha resultado mucho más sólida, entretenida y conseguida que aquella. Uno de los mejores filmes de Quentin Tarantino, su particular visión de la esclavitud justo antes de la Guerra de Secesión en clave de spaghetti western, salpicado de brillantes diálogos, humor absurdo, una banda sonora convenientemente escogida, momentos hiperviolentos y barrocos, y unas actuaciones brillantes de Christoph Waltz, Jamie Foxx y Leonardo DiCaprio. Tampoco faltan los homenajes explícitos y los cameos, lo que nos lleva a concluir que el amigo Quentin se lo ha pasado bien y eso tiene su reflejo en la pantalla y en el resultado; no puedo dejar de pensar que con algo de contención habríamos tenido una película más redonda, pero entonces seguramente el autor ya no sería él...

Álex.