La doctora de Brest (La fille de Brest)
Dirección: Emmanuelle Bercot. Guión: Emmanuelle Bercot y Séverine Bosschem, con la colaboración de Romain Compingt, basados en el libro de Irène Frachon. Intérpretes: Sidse Babett Knudsen, Benoît Magimel. Duración: 128 m. Año: 2016. Producción: Francia.


No siempre las buenas intenciones dan lugar por sí mismas a una película redonda. El descubrimiento en un medicamento aprobado y comercializado de graves efectos secundarios para la salud (una historia real) y la consiguiente lucha por parte de una doctora contra la farmacéutica para conseguir su prohibición es narrada con cierta indulgencia y menos finura de la que se hubiese requerido para generar un efecto dramático mayor. Los personajes están poco dibujados y los diálogos muchas veces son redundantes, aunque la fuerza de la historia acaba prevaleciendo.
Cinelandia.
La desigual pelea entre una doctora de provincias y sus aplicados colaboradores y una poderosa multinacional farmacéutica para conseguir retirar del mercado un medicamento contra la obesidad que provoca cardiopatías mortales los unos, y continuar su comercialización como si no pasara nada los otros, es contada de forma lineal, desvaída y sin brillo por la directora Emmanuelle Bercot, empeñada en recorrer caminos ya muy trillados y convencionales. Apenas la fuerza que imprime a su personaje Sidse Babett Knudsen y algunos momentos de lucidez narrativa sostienen en pie a una pobre elección del Zinemaldia para inaugurar su 64ª edición, algo que siempre debería ser motivo de debate en un evento de este calibre y no tanto si su directora es la única mujer seleccionada para competir en la Sección Oficial (??).

Álex.