Hitchcock (Hitchcock)
Director: Sacha Gervasi. Guión: John J. McLaughlin, sobre el libro de Stephen Rebello.  Intérpretes: Anthony Hopkins, Helen Mirren, Scarlett Johansson, Danny Huston, Toni Collette, Michael Stuhlbarg, Michael Wincott, Jessica Biel. Duración: 98 m. Año: 2012. Producción: EE.UU.


El director del estupendo documental "Anvil: el sueño de una banda de rock" (2008), que seguía los pasos de un grupo de heavy que casi logró ser famoso, recobra el mismo tono de fondo (esa sensación de frustración) para centrarse en la época de dudas artísticas y emocionales que el genial Alfred Hitchcock ("déjalo en 'Hitch' y cómeme lo demás", como diría él con su humor más sardónico) sufrió cuando, tras consolidar su éxito con una de sus varias obras maestras, "Con la muerte en los talones" (1959), no lograba conseguir una idea que le permitiera demostrar que todavía no estaba para jubilarse (como alguno le insinuaba), sino que resultaba más fresco y original que nunca, mientras veía cómo se desestabilizaba su ya precario (aunque tierno y distante, al mismo tiempo) matrimonio con Alma Reville, esposa y colaboradora. En estas, le llegó el libro "Psicosis" y la oportunidad de realizar una película de terror demasiado atrevida para la época, tanto que la Paramount no la quiso producir y la censura estuvo a punto de impedir su distribución. Luego, ya sabemos el resultado: una joya más para su filmografía. Pues bien, todos esos momentos de duda, dolor y pasión por el cine de Hitchcock, y repletos de anécdotas que harán las delicias de sus seguidores, están muy bien contados, con diálogos incluso chispeantes en varias ocasiones. Pero lo que brilla por encima de todo son las enormes actuaciones no sólo de un Anthony Hopkins absolutamente transmutado en el director británico, sino también de una Helen Mirren impecable y llena de registros.
Cinelandia.
Partiendo de la base de que no soy ningún entusiasta de los biopics, y menos de esta moda que los centra en momentos concretos de la vida del protagonista, tengo que decir que estamos delante de un film correcto, con un comienzo prometedor y algunos momentos brillantes (que suelen coincidir con la presencia de la siempre elegante Helen Mirren), pero que paulatinamente va perdiendo intensidad hasta quedarse dentro de un tono tibio y lineal que a buen seguro no le permitirá ser tan recordado como la mayoría de los que dirigió el homenajeado. Sí, ahí están las obsesiones del maestro del suspense por sus actrices rubias y por los asesinos y sus obras, su tortuosa relación con la productora Paramount Pictures para sacar adelante el proyecto de "Psicosis" (1960), la no menos difícil (pero también entrañable) relación con su mujer y fiel colaboradora, pero como que nada emociona demasiado. Todo muy británico...

Álex.