Los idus de marzo (The Ides Of March)
Director: George Clooney. Guión: George Clooney, Grant Heslov y Beau Willimon, sobre la obra teatral "Farragut North", de Beau Willimon.  Intérpretes: Ryan Gosling, George Clooney, Paul Giamatti, Marisa Tomei, Philip Seymour Hoffman, Evan Rachel Wood, Jeffrey Wright, Max Minghella, Jennifer Ehle. Duración: 101 m. Año: 2011. Producción: EE.UU.


Estupendo film sobre el mundo de la política, en la línea de otros referentes del género como "El candidato" (Michael Ritchie, 1972) o "El político" (Robert Rossen, 1949), que se centra en la poco ética maquinaria interna del sistema de partidos a través del desencanto de un joven ayudante en la campaña para elegir al candidato demócrata en las primarias de Estados Unidos. Todo funciona con una estudiada intención, desde el guión, basado en una obra de teatro, hasta las contenidas y brillantes interpretaciones, sobre todo de Ryan Gosling y George Clooney (pero también los enormes "secundarios" Paul Giamatti y Philip Seymour Hoffman), para hacer ver cómo muere la inocencia (esa traición a la que se refiere el título de los idus de marzo, fecha en la que fue asesinado Julio César) a manos de un sistema de intereses creados que tiene más de marketing comercial y mera lucha por el poder que de idealistas soluciones para solucionar la vida de la gente. Ni siquiera Clooney cae en la tentación de sacar partido fácil a tópicos estadounidenses, como las relaciones sexuales de los políticos, sino que integra esas situaciones de un modo más inteligente, hasta derivar la acción política en algo más parecido al puro cine negro con la escena cumbre del encuentro de los dos protagonistas.
Cinelandia.
No cabe duda de que George Clooney disfruta de un estatus relevante dentro de la industria cinematográfica estadounidense, gracias a su impecable trayectoria, que le permite afrontar proyectos como éste. Una afilada, mordaz e inteligentemente cínica visión de los entresijos del mundillo político, en concreto de las campañas electorales de dos candidatos demócratas enfrentados en las primarias, en las que sale a relucir todo el juego sucio posible. Deslealtad, traición, doble moral, favores a cobrar, en definitiva, todo aquello que desgraciadamente la ciudadanía conoce cada vez más y que esperemos no acabe por llevarnos por el mismo camino que decide tomar el personaje de un inconmensurable Ryan Gosling (son pocos los que entienden su ausencia entre los nominados a mejor actor principal en los pasados Oscar, bien por este filme, bien por "Drive" -Nicolas Winding Refn, 2011-): del idealismo positivo al desencanto convertido en maldad y ambición con los que llevarse por delante todo lo que sea menester. Y aun así, da la sensación de que Clooney levanta el pie del acelerador y no quiere ensañarse más de lo que ya lo hace con la clase política, adornando la parte final casi en forma de thriller por la manera de resolverla (quizá para recordarnos que la realidad supera casi siempre a la ficción) y cerrando con ello una película estimable, pero quizá excesivamente medida cuando podría haber sido una auténtica bomba de relojería a estallar en la cara de todos aquellos que se dedican al "noble" arte de representar al pueblo...

Álex.