Katyn (Katyn)
Director: Andrzej Wajda . Guión: Andrzej Wajda, Przemyslaw Nowakowski y Wladyslaw Pasikowski, sobre un argumento de Andrzej Mularczyk. Intérpretes: Andrzej Chyra, Magdalena Cielecka, Artur Zmijewski, Danuta Stenka, Maja Komorowska, Wladyslaw Kowalski, Pawel Malaszynski, Stanislawa Celinska, Marek Kondrat. Duración: 118 m. Año: 2007. Nacionalidad: Polonia.


Con dos años de retraso nos llega esta obra del veterano realizador polaco Andrzej Wajda, cuya función principal es la de recordar la masacre de que fueron objeto unos 20.000 oficiales del ejército de Polonia a manos de los soviéticos en el bosque de Katyn (hoy ciudad de Rusia) durante la 2ª Guerra Mundial. Y lo hace con pulso firme, aunque desarrollando de forma irregular varios dramas personales que se entrecruzan y que alcanzan cierta intensidad dramática en algunas escenas. Pero es el tramo final del filme el que mayor impacto logra, gracias a la habilidad de Wajda en la dirección y a su sabia dosificación de la trama para finalmente revelar la verdad, esa que, como en muchas ocasiones, los vencedores tratan de ocultar reescribiendo la historia. Algo que sabemos por estas tierras...
Cinelandia.
Con evidente retraso (estuvo nominada a mejor película de habla no inglesa en los Oscar 2008) ha llegado a la cartelera esta cinta del veterano realizador polaco Andrzej Wajda, en la cual brinda un sentido homenaje a los 20.000 oficiales y suboficiales del ejército polaco (no en vano uno de ellos era su propio padre) vilmente asesinados por el Ejército Rojo en la primavera de 1940. Con sapiencia y elegancia, nos ofrece el sufrimiento no sólo desde el punto de vista de aquellos desdichados sino también de sus familias, que además de sufrir la pérdida tuvieron que soportar la mentira de los "vencedores" (hasta 1990 la extinta U.R.S.S. no reconoció sus crímenes, atribuidos al ejército alemán). Ciertos momentos de confusión en el proceso narrativo por un uso poco claro del flash-back y un ritmo a veces anodino impiden al filme alcanzar la brillantez deseada, pero en todo caso queda como un documento de recuperación de la memoria histórica (ahora que está tan de moda) y que espero por lo menos sirva para que unos se sientan orgullosos de sus caídos y a otros se les caiga la cara de verguenza ante tanta ignominia. Impactan las escenas finales, de una brutalidad espeluznante, pero sin duda son las mejores de todo el metraje...

Álex.