The Laundromat: dinero sucio (The Laundromat)
Dirección: Steven Soderbergh. Guión: Scott Z. Burns, sobre el libro de Jake Bernstein. Intérpretes: Gary Oldman, Meryl Streep, Sharon Stone, Melissa Rauch, David Schwimmer, Antonio Banderas, Shoshana Bush, James Cromwell, Robert Patrick, Matthias Schoenaerts, Will Forte, Jeffrey Wright, Chris Parnell, Rosalind Chao, Nonso Anozie. Duración: 95 m. Año: 2019. Producción: EE.UU.


Llevamos acumulado ya un buen número de filmes basados en contextualizar la crisis económica o en tratar de explicar las raíces sistémicas que la provocaron, así como explorar en las grietas de una red financiera tramposa y orientada al enriquecimiento de unos pocos. Esta vez es el caso de los Papeles de Panamá lo que motiva a Steven Soderbergh a llevar a la pantalla la sangría de los paraísos fiscales. Y la verdad es que acierta de lleno con el formato adaptado para contarlo: por un lado, un hilo conductor muy burlesco (protagonizado por los dos responsables del bufete de abogados que trató de ocultar la trama, y encarnados con mucha sorna por Gary Oldman y Antonio Banderas); y, por otro, una sucesión de ejemplos prácticos de cómo afecta ese robo a gran escala a nuestras vidas cotidianas. De esta manera, "The Laundromat: dinero sucio" funciona, a pesar de algún bajón de ritmo, como un ejercicio de denuncia entre cómico y didáctico.
Cinelandia.
Se sube Steven Soderbergh al carro de cineastas que han intentado explicar a la audiencia diferentes casuísticas económico-financieras entremezcladas con actividades ilegales y/o delictivas que provocaron la última gran crisis a nivel mundial o, como en este caso, el escándalo de más reciente actualidad bautizado como los Papeles de Panamá que dejaba al descubierto las llamadas sociedades pantalla u offshore radicadas en paraísos fiscales y usadas para blanquear dinero ilícito o directamente para evadir impuestos. Y al igual que la mayoría (curioso común denominador) ha optado por un tono entre didáctico para profanos en la materia y cómico-sarcástico-crítico teñido de amargura para contextualizarlo en los diferentes capítulos que forman el filme, presentado y narrado de forma burlesca y caricaturista por Gary Oldman y Antonio Banderas. Algún capítulo menos conseguido y el exceso de brocha gorda minoran a este, por otro lado, entretenido y, por qué no, original trabajo del realizador estadounidense.

Álex.