Lo imposible
Director: Juan Antonio Bayona. Guión: Sergio G. Sánchez.  Intérpretes: Naomi Watts, Tom Holland, Ewan McGregor, Oaklee Pendergast, Samuel Joslin, Dominic Power, Sönke Möhring, Geraldine Chaplin, Olivia Jackson, Natalie Lorence, Nicola Harrison, Bruce Blain, Johan Sundberg, Teo Quintavalle, Marta Etura. Duración: 114 m. Año: 2012. Producción: España.


Tanto puede serlo el sobrevivir al tsunami que devastó las costas del Océano Índico en la Navidad de 2004 como el que tu vida no cambie radicalmente después de una experiencia tan traumática. Quizá sea este el mensaje a extraer de la segunda película de Juan Antonio Bayona, que, como en su primera ("El orfanato", 2007), demuestra más talento para la parte técnica y la gestión de recursos (tanto humanos como materiales) que como contador de historias. Impresionante el arranque con las imágenes de la catástrofe, pronto el drama de la lucha por la supervivencia de la familia protagonista se convierte en la mera búsqueda de la lágrima del espectador con situaciones potencialmente emocionales, en las que el resto de personajes que no forman parte de la misma apenas quedan esbozados sin ningún peso dentro del relato. Con el agravante de que (casi) todo el mundo debe saber a estas alturas que la historia está basada en la experiencia real de una familia española y que, por tanto, no hay cabida para la sorpresa en cuanto a la suerte que corrieron todos sus miembros (muy acertado el casting, creíbles Ewan McGregor y Naomi Watts como padres y muy desenvueltos los niños que encarnan a sus tres hijos). Recursos lícitos los que utiliza el director, incluida una banda sonora de calidad que subraya hasta la extenuación la emotividad que se pretende conseguir, pero que no es algo que a mí me agrade especialmente...
Álex.
Sin llegar a calificarla (como he leído por ahí) de violación moral, sí que tengo que reprochar a esta película de usar y abusar del componente emocional para intentar enganchar al espectador. Eso empaña un filme muy bien hecho, creo que bien interpretado y tremendamente impactante en lo referente a efectos especiales. Los niños siempre han sido elementos recurrentes usados para conmover al espectador. Pero el uso en esta película cae en lo ridículo. Por favor, ese niño rubito... En fin, no voy a contar nada, pero...

J.J.