Looper (Looper)
Director: Rian Johnson. Guión: Rian Johnson.  Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis, Emily Blunt, Paul Dano, Piper Perabo, Jeff Daniels, Garret Dillahunt, Tracie Thoms, Noah Segan, Pierce Gagnon. Duración: 119 m. Año: 2012. Producción: EE.UU. y China.


El viaje en el tiempo ha sido un recurso clásico de la ciencia-ficción, a veces rutinaria o chapuceramente utilizado y otras, como es el caso de "Looper", tratado de una forma realmente estimulante. Esa figura del trabajo de "looper", asesino encargado de ajusticiar a las personas enviadas por la mafia para la que trabajan... desde 30 años más adelante en el futuro, ya se ha convertido automáticamente en una referencia del género. Y la historia, con los peros que se pueden poner a todas las tramas basadas en paradojas temporales, está construida con tino, sin dejar escapar detalles importantes, y se resuelve de manera original y hasta cierto punto lógica. Además, hay que añadir una ambientación distópica y unas interpretaciones realmente interesantes tanto por parte de Joseph Gordon-Lewitt como de un Bruce Willis contenido. Por todo ello, el resultado es notable, no totalmente redondo debido a la indefinición de la película hacia su parte intermedia, pero sí digno de una obra referencial.
Cinelandia.
Brillante maridaje de géneros el que nos presenta Rian Johnson, un potente cocktail donde tienen cabida el cine negro, la ciencia ficción y un poso de drama romántico evocador y nostálgico, todo ello con un referente claro como es "Blade Runner" (Ridley Scott, 1982). Mejor al inicio, con acción trepidante, perfecta armonía entre los viajes en el tiempo que dan pie a la historia y un cara a cara vibrante e intenso entre un talento emergente como es Joseph Gordon-Levitt y una de las mejores versiones del veterano Bruce Willis, dando vida ambos al mismo personaje; el filme sufre un bajonazo en su parte central con la aparición de los personajes protagonizados por Emily Blunt y Pierce Gagnon, aunque son importantes para el desarrollo de la trama, y se relanza en su parte final, con un cierre muy correcto para algo tan inverosímil y proclive a generar excesivas licencias cinematográficas como son los viajes en el tiempo. No es el caso, lo mejor que se puede hacer como espectador en esta cinta es disfrutarla y a la salida darnos cuenta de que no merece mucho la pena quebrarse la cabeza buscando explicaciones lógicas cuando de ficción se trata (y menos en este caso, donde todo cuadra con relativa sencillez...).

Álex.