Mientras duermes
Director: Jaume Balagueró. Guión: Alberto Marini.  Intérpretes: Luis Tosar, Marta Etura, Alberto San Juan, Petra Martínez, Carlos Lasarte, Pep Tosar, Amparo Fernández, Oriol Genís, Iris Almeida. Duración: 107 m. Año: 2011. Producción: España.


Uno de los puntales del actual cine español de terror y suspense, Jaume Balagueró, se desmarca con su mejor película hasta la fecha optando más por lo segundo que por lo primero. "Mientras duermes" es más un thriller psicológico, por mucho que acabe conteniendo alguna (necesaria) escena de miedo y gore. Y es que el retrato que la película presenta de un hombre (el portero de una finca) incapaz de ser feliz y cuyo único aliciente es destrozar la vida de los demás (los vecinos) roza la perfección en todos los terrenos. En el guión, que contiene diálogos antológicos; en la dirección, contenida y medida (alejada en todo caso de situaciones facilonas) para lograr ser mucho más efectiva; y, por supuesto, en la interpretación. Qué decir del papelón de Luis Tosar como ese portero aparentemente servicial y amable, pero corroído de envidia y odio por dentro, probablemente una de las grandes actuaciones de su carrera (y ya son unas cuantas). Sobre estos sólidos andamiajes, Balagueró consigue un producto de altísimo nivel, una película propia de lo mejor de Hitchcock y Polanski.
Cinelandia.
Todavía fresca en la memoria la apreciable "Intruders" (Juan Carlos Fresnadillo, 2011), llega el amigo Balagueró y la supera (dentro del género de suspense, claro está) con esta cinta cotidianamente aterradora sobre un portero de finca sociópata incapaz de ser feliz... Salvo que consiga borrar la sonrisa a los que sí lo son. Partiendo de una idea con la que siempre he comulgado, como es que el mal existe porque sí y no necesita tener una causa o explicación previa que lo justifique, el personaje del sublime (una vez más) Luis Tosar se dedica a hacer la vida imposible a los vecinos del inmueble, con especial dedicación al que encarna Marta Etura, sin que ellos lo sepan y con un empeño que de verlo te recorre un escalofrío solo de pensar que alguien en el que confías, que tiene información sobre tus rutinas y comportamientos y, sobre todo, tiene acceso a tu intimidad, pueda destrozarte la existencia prácticamente de un plumazo. Como podréis comprender no voy a desvelar si el mal resulta triunfante, pero sí que desde un inicio más bien perezoso y con alguna intrahistoria menos atractiva que el resto (como la relación del omnipresente portero con el administrador o casero del edificio), el filme va subiendo de temperatura hasta llegar a un final largamente recordado... ¡Qué alegría de vivir en una casa individual y con portero, pero automático!

Álex.