Nymphomaniac: Vol. 1 (Nymphomaniac: Vol. 1)
Dirección: Lars von Trier. Guión: Lars von Trier. Intérpretes: Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgård, Stacy Martin, Shia LaBeouf, Christian Slater, Uma Thurman, Connie Nielsen, Sophie Kennedy Clark. Duración: 122 m. Año: 2013. Producción: Dinamarca, Alemania, Francia, Bélgica y Reino Unido.


Aunque no es la cinta original de más de cinco horas que Lars von Trier hubiera querido (al comienzo de la película se advierte de que el director no deseaba ni la reducción del metraje a 245 minutos -poco más de cuatro horas- ni su división en dos partes), es una obra muy característica del danés, autor que gusta de indagar en lo más oscuro del ser humano mediante formas cinematográficamente diferentes. Al menos, en este caso, se ha alejado de la línea depresiva que últimamente estaba inundando (y deteriorando) su cine, especialmente en el caso de "Anticristo" (2009) -y, en cierta medida, "Melancolía" (2011)-. Lo que ahora nos ofrece es el retrato, a través de la confesión a una persona ajena, de una mujer ninfómana y de cómo su ansia de sexo le ha llevado por la vida. El argumento da pie a algunas reflexiones interesantes sobre el amor, el deseo sexual o la familia, en algún caso a través de comparaciones más o menos acertadas con la pesca, las matemáticas y la música, sin ahorrar al espectador escenas explícitas que pueden generar morbo. En cualquier caso, una historia interesante que anima a ser concluida en su segunda parte.
Cinelandia.
Como se dice ahora, cerrar el curso cinéfilo 2013 con el último trabajo del polémico Lars von Trier resulta arriesgado no, lo siguiente. Y el caso es que el afán provocativo y transgresor que este director concede a sus filmes acaba por generar más hastío e indiferencia que rubor o escándalo pretende. En este caso sobre la historia de una ninfómana contada por ella misma, sin desdeñar las metafóricas y simbolistas reflexiones con las que relaciona, con su ya habitual estructura por capítulos (lo cual ayuda a mantener la atención sobre el relato), el sexo con el arte de la pesca, el amor, el matrimonio y la fidelidad, la locura y la muerte y el arte de la música, debe comprender que su diarrea mental en la que se pierden muchas veces dichas ideas no tiene que interesar necesariamente al espectador. Es atractivo el punto de partida de que la protagonista se siente culpable por su adicción y es innegable que consigue generar un interés por el personaje y sus andanzas sexuales más allá del morbo que puedan despertar, suficiente como para ver la segunda parte, pero también lo es que tiene momentos en los que no puedes por menos que pensar que este hombre tiene un problema bastante serio...

Álex.