El otro lado de la cama 
Director: Emilio Martínez-Lázaro. Guión: David Serrano. Intérpretes: Ernesto Alterio, Paz Vega, Guillermo Toledo, Natalia Verbeke, Alberto San Juan, María Esteve. Duración: 114 m. Año: 2002. Nacionalidad: España.


El especialista en comedias Emilio Martínez-Lázaro ("Los peores años de nuestra vida" -1994-, "Amo tu cama rica" -1992-), después de intentar otros caminos con modesto resultado ("La voz de su amo" -2001- y "Carreteras secundarias" -1997-) consigue quizá su obra más completa con "El otro lado de la cama". Se trata de una comedia musical donde los propios actores cantan, en la línea que su venerado Woody Allen abriera con "Todos dicen I Love You" -1999-, y que contiene una acertadísima visión de las relaciones de pareja actuales. El guión funciona como una maquinaria perfectamente engrasada y la aportación de los actores es -muchas veces- sublime, desde la magnífica contención de Ernesto Alterio al bendito desvarío de Alberto San Juan, pasando por el gracejo de Guillermo Toledo, Natalia Verbeke, María Esteve y Paz Vega. Todos brillan a gran altura. 
Cinelandia.
En una comedia, y más si es de enredos como la que nos ocupa, uno se espera encontrar diálogos divertidos y complicidad en los actores. "El otro lado de la cama" cumple en el lado del guión con situaciones divertidas (impagable la escena del partido de dobles), aunque tiene una cierta tendencia a andarse por las ramas, lo que algunas veces hace que el argumento pierda interés. Entre los actores, las chicas están muy bien, se mire por donde se mire. De ellos, Alberto San Juan y Guillermo Toledo cumplen con desparpajo, mientras que Ernesto Alterio es el más soso del grupo. Pero es que, además, en esta película hay canciones, interpretadas por los mismos actores. Menos mal que ninguno va a vivir de la música, porque con la excepción de María Esteve, todos lo tendrían muy difícil. Los números musicales, unos mejor y otros peor, pero al menos no molestan al tono general del argumento. Todo para convertirse en la mejor comedia musical española de los últimos años. 

Deckard.
Ver a Natalia Verbeke y Paz Vega llenando una pantalla de cine de 20 metros de ancho por 12 de alto es una experiencia que merece la pena vivirse al menos una vez en la vida. Pero es que además resulta que la película es muy divertida. Los enredos y desenredos del guión están perfectamente resueltos y los diálogos están muy logrados. Hay que añadir a todo esto que la réplica a las actrices la dan Guillermo Toledo (genial), Ernesto Alterio (no está a la altura de los demás) y Alberto San Juan (excepcional). Pero siempre hay algo que estropea el buen nivel de la película: por ejemplo ver la inexpresividad de Ernesto Alterio saca de quicio al más paciente. Algunas canciones (rescatadas de las de “la movida”) y sus coreografías (interpretadas por los actores) pillan desprevenido al espectador y le descolocan; pero todo se puede perdonar a cambio de ver a las dos protagonistas ofrecernos muy generosos planos de sus casi perfectas anatomías. 

J.J.