Tierra prometida (Promised Land)
Director: Gus Van Sant . Guión: John Krasinski y Matt Damon, sobre la historia de Dave Eggers.  Intérpretes: Matt Damon, John Krasinski, Frances McDormand, Rosemarie DeWitt, Hal Holbrook, Benjamin Sheeler, Terry Kinney, Carla Bianco, Joe Coyle, Dorothy Silver. Duración: 106 m. Año: 2012. Producción: EE.UU. y Emiratos Árabes Unidos.


Apostando por el retrato humano y la temática social y ecologista, Gus Van Sant ("Mi nombre es Harvey Milk" -2008-, "Elephant" -2003-, "El indomable Will Hunting" -1997-) recoge el proyecto que inicialmente iba a dirigir (y coescribe) Matt Damon y realiza un trabajo comprometido y nada simplista para abordar la historia de los comerciales de una gran compañía perforadora que pretende extraer gas de las tierras de un pequeño pueblo, cuya vida depende del campo y la ganadería. El dinero en juego es mucho y una buena parte de la aldea se decanta por aceptar la oferta económica de la empresa, pero pronto saldrán a la luz las consecuencias medioambientales... ¿O es esto una mentira manipuladora? ¿Qué decidirán los lugareños? ¿Y qué posición tomarán los empleados de la gran compañía? Lo más atractivo del filme es que nada es blanco y negro, si bien se echan en falta mayores dosis de emoción a la trama.
Cinelandia.
El inclasificable Gus Van Sant, capaz de situarse más allá de los límites de la industria con filmes como "Elephant" (2003) y "Paranoid Park" (2007), y otras veces, como la que nos ocupa, parecer el más fiel y ortodoxo artesano de la misma, nos trae una cinta que alberga buenas intenciones e impregnada de melancolía, reivindicativa de una forma de vida en contacto con la tierra que ocupamos que se está perdiendo. Lástima que ese tono se apodere en exceso del relato y acabe resultando demasiado lánguido, con una trama más bien simplista que, a pesar del sorprendente giro final, se adivina desde mucho antes cómo va a desembocar. Lo mejor, la construcción de unos personajes bien definidos, con mención especial para una chispeante Frances McDormand, y su mensaje ecológico. Correcta, pero podemos y debemos esperar algo mejor de Gus Van Sant en próximos trabajos...

Álex.