Una pistola en cada mano
Director: Cesc Gay. Guión: Tomàs Aragay y Cesc Gay.  Intérpretes: Ricardo Darín, Luis Tosar, Javier Cámara, Eduardo Noriega, Leonor Watling, Candela Peña, Cayetana Guillén Cuervo, Eduard Fernández, Leonardo Sbaraglia, Jordi Mollà, Alberto San Juan, Clara Segura. Duración: 95 m. Año: 2012. Producción: España.


Cesc Gay junta una serie de relatos, generalmente bien desarrollados pero, sobre todo, contados con inteligencia y algún que otro golpe de efecto (especialmente en el de Ricardo Darín y Luis Tosar), sobre hombres cuarentones con problemas vitales y desorientación existencial que hacen gracia en algún caso y dan pena en general. Y esto es lo peor de la cinta, que cae en el retrato demasiado unidimensional de un tipo de persona inane y sin expresión emocional, frente a unas mujeres decididas y que lo tienen todo claro. En fin, en algún momento no estaría mal pero la reincidencia en todas las historias de un perfil de hombre tan similar cansa... Menos mal que ahí está un reparto estelar, probablemente el mejor que una película española podría tener hoy en día, para salvar mínimamente las situaciones...
Cinelandia.
Si no hubiera pagado casi diez euros por la entrada de cine, me hubiera salido de la sala a los diez minutos. ¡Vaya manera más absurda de empezar una película! Un encuentro fortuito entre Leonardo Sbaraglia y Eduard Fernández da lugar a un tedioso, largo, artificial y absurdo diálogo sobre no sé qué traumas de la soledad, la amistad... En fin, que no me enteré de lo que querían decir. Menos mal que la cosa se endereza posteriormente y la aparición, en diferentes situaciones de indudable comicidad y autenticidad, sobre todo de actores como Luis Tosar, Ricardo Darín (lo mejor de la película), Eduardo Noriega y Candela Peña, nos hace reflexionar sobre la condición de los hombres y nuestra relación con las mujeres. Hay diálogos y situaciones realmente graciosos, otros tremendamente reales, algunos algo exagerados, pero todos con su punto de crítica irónica a una generación masculina, de entre cuarenta y cincuenta años, con sus carencias y sus debilidades. También aparecen Javier Cámara, Alberto San Juan, Leonor Watling, Jordi Mollá y Clara Segura. Y quiero dejar para el final algo que pensé que nunca diría: me sorprendió la extraordinaria belleza de una rejuvenecida Cayetana Guillén Cuervo. Una de dos, o me estoy volviendo muy mayor, o su cirujano plástico es un hacha. Película entretenida.

J.J.