Un tipo serio (A Serious Man)
Director: Ethan y Joel Coen. Guión: Joel y Ethan Coen.  Intérpretes: Michael Stuhlbarg, Richard Kind, Fred Melamed, Sari Lennick, Adam Arkin, Aaron Wolff, Jessica McManus, Simon Helberg, George Wyner, Fyvush Finkel. Duración: 105 m. Año: 2009. Nacionalidad: EE.UU., Reino Unido y Francia.


Vuelven los Coen a la comedia, dentro de su peculiar concepción surrealista de la misma, y desde mi punto de vista les sale un filme francamente apreciable y personal. En "Un tipo serio" seguimos las desventuras de un profesor de vida gris, al que el destino le va repartiendo problemas mayores a cada paso que da y en todas sus facetas, tanto personal como familiar y laboral. Este personaje protagonista, excelentemente interpretado por Michael Stuhlbarg, a modo de muñeco golpeado por la adversa fortuna, es lo mejor del filme y depara los momentos más agriamente divertidos junto con la ambientación en el cerrado mundo religioso judío, del que los Coen se burlan hasta decir basta. Desde luego, "Un tipo serio" está lejos de sus obras maestras, pero supera recientes fiascos (como "No es país para viejos" -2007-) y  entiendo que no debería decepcionar a los seguidores del universo "coeniano".
Cinelandia.
No me convence el resultado del último filme de los hermanos Coen, situación que se viene repitiendo de un tiempo a esta parte y no es algo que me agrade, porque me considero un fiel seguidor de ellos. Es innegable no reconocer su peculiar y socarrón sentido del humor (muy buenas las escenas del protagonista, profesor, con su alumno surcoreano y el padre de éste), la capacidad de reírse de sus orígenes y de la religión hebrea (acaba resultando pesado tanta referencia a la citada cultura) e inclusive la originalidad del mensaje (el poder fatalista del destino y las consecuencias negativas que  acarrean nuestros actos o bien la pasividad con la que los afrontamos cuando se desencadenan a nuestro alrededor), pero lo muestran todo tan desangelado y falto de ritmo que no puedes evitar caer en la indiferencia y la monotonía. Me atrevería a decir que han practicado un ejercicio de narcisismo, que han hecho una comedia de judíos y para judíos (inteligentes) en los que el resto nos hemos quedado fuera. Qué lejos quedan ya sus obras maestras, "Muerte entre las flores" (1990) y "Fargo" (1996)...

Álex.