Win Win -Ganamos todos- (Win Win)
Director: Tom McCarthy. Guión: Tom McCarthy, sobre un argumento de Tom McCarthy y Joe Tiboni. Intérpretes: Paul Giamatti, Amy Ryan, Alex Shaffer, Jeffrey Tambor, Melanie Lynskey, Bobby Cannavale, Margo Martindale, Burt Young. Duración: 106 m. Año: 2011. Producción: EE.UU.


El estadounidense Tom McCarthy le tiene cogido el truco a esto del cine indie de buenos sentimientos, con sabia y equilibrada mezcla de drama y comedia, lleno de personajes cercanos y de situaciones reconocibles. Ya lo demostró en su magnífica "Vías cruzadas" (2003), lo refrendó con la conmovedora "The Visitor" (2007) y lo vuelve a confirmar con "Win Win (Ganamos todos)". En esta ocasión, la película se adentra en la gris vida de un pequeño abogado (excelentemente interpretado por Paul Giamatti, en su línea) que apenas saca lo suficiente para mantener a su familia, mientras encuentra en el entrenamiento de un mediocre equipo de lucha libre juvenil su momento de distracción. Todo cambia cuando decide hacerse (relativamente) cargo de un anciano sin familia por conseguir un dinero extra. Lo que no sabe es que ello supondrá conocer al nieto del viejo, un chaval que revolucionará su equipo de lucha... Y su vida. La película no cae nunca en el buenrollismo fácil y plantea un drama costumbrista realmente interesante.
Cinelandia.
Si el cine fuera ciclismo, posiblemente Tom McCarthy luciría el maillot de la regularidad en su todavía corta carrera profesional como director, tanto por la similitud de los buenos resultados conseguidos en todos sus filmes ("Vías cruzadas" -2003- y "The visitor" -2007-) como por la continuidad de sus argumentos. Y es que de nuevo nos llega a tocar la fibra sensible con su desbordante humanidad, su capacidad de transformar lo cotidiano en algo casi extraordinario y la facilidad innata que demuestra para que sus personajes sean tan reconocibles que sea imposible no empatizar con ellos. La enseñanza que nos regala de cómo lo importante no es errar en nuestra trayectoria vital y sí saber que, apoyándonos en quienes de verdad nos quieren, tendremos una segunda oportunidad para buscar nuestro verdadero sitio y no sentirnos solos y desubicados, ahí queda para quien la quiera utilizar una vez visto el filme y como argumento más que recomendable para animarse a verla (sin duda su propio y marcado carácter independiente, junto con algún momento en la primera media hora de cierta planicie en el que la normalidad amenaza con transformarse en nadería, juega en su contra a la hora de que destaque en taquilla). Por último, una mención para Paul Giamatti, posiblemente uno de los mejores actores del momento con su insuperable facilidad para hacer especiales a los personajes más grises que uno pueda imaginar, y al sentido del humor tan natural dentro de un tono general agridulce. Pura vida, puro cine...

Álex.